En un comunicado de prensa, el Patriarcado Latino de Jerusalén denunció que en el ataque aéreo a la única iglesia católica de Gaza; dos personas fueron asesinadas Fumiya Ayyad y Saed Salameh, esta última era familiar de una funcionaria de nuestra embajada. Además, otras siete personas fueron heridas, incluido el párroco de la iglesia, el padre Gabriele Romanelli. La iglesia sufrió sufrió daños extensos e intencionados.

El Patriarcado, que supervisa la iglesia, declaró: «Rogamos a Dios que tenga piedad de ellos y ponga fin a esta guerra brutal. Nada justifica atacar a civiles inocentes».

Ell ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano declaró que «Su Santidad el Papa León XIV se entristeció profundamente al enterarse de la pérdida de vidas y los heridos causados por el ataque militar a la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza» y agregó que el Papa «renueva su llamado a un alto el fuego inmediato y expresa su gran esperanza de diálogo, reconciliación y paz duradera en la región».

El Comité Presidencial Superior para Asuntos Eclesiásticos en Palestina condenó el bombardeo de la Iglesia de la Sagrada Familia del Patriarcado Latino en la ciudad de Gaza por parte de las fuerzas de ocupación israelíes enfatizando que “atacar iglesias e instituciones religiosas bajo cualquier pretexto es un acto rechazado y condenado, y constituye una amenaza directa a la auténtica presencia cristiana en Tierra Santa”.

Por su parte, el Cardenal Fernando Chomali G. del Arzobispo de Santiago de Chile considera que “Este acto inhumano debe ser condenado transversalmente por todas las personas de buena voluntad y debe interpelar profundamente a quienes aún creen que con la violencia van a lograr sus objetivos políticos”.