LA GRUTA DE LA LECHE 

Según la tradición, la Gruta de la Leche es donde la Madre María amamantó al niño Jesús mientras se escondía de los soldados de Herodes antes de ir a Egipto. Ubicada al sureste de la basílica, es una gruta irregular excavada en una roca blanca y blanda. Se cree que unas gotas de la leche de María cayeron sobre la roca, volviéndola blanca. Reverenciada por cristianos y musulmanes, la roca blanca como la leche es conocida por sus poderes curativos y su capacidad para facilitar el amamantamiento de las mujeres.